¿Por qué una logia en Barcelona adscrita a la Gran Logia de Francia?
Esta es una pregunta que sin duda se hacen muchos. En la masonería existe lo que llamamos ‘obediencias’, que son organizaciones con una forma concreta de practicar la francmasonería.
En Barcelona existen representadas varias obediencias básicamente de fundación española y catalana, de distintos estilos, antigüedades y número de miembros, pues se calcula un total de unos 4.000 masones en territorio español.
En la Gran Logia de Francia (GLDF) tenemos relaciones fraternales y muy cordiales con esas otras obediencias.
Fundada originalmente en 1738, y refundada en 1894, cuenta con unos 30.000 miembros. Por ello, es una de las mayores obediencias liberales del mundo, de las más antiguas y estables.
En nuestra logia en Barcelona, nos beneficiamos de la pertenencia a esa gran obediencia, de su larguísima tradición, de la herencia de su saber hacer y de la dedicación filantrópica de muchos destacados miembros tras acabar su jornada o su edad laboral.
Las reuniones, llamadas tenidas, se celebran en castellano, por ser el idioma común de los distintos hermanos, que se relacionan igualmente en catalán o francés.
La frecuencia suele ser de dos veces al mes, a las 19.30h
Los hermanos son locales o venidos a Barcelona, frecuentemente franceses.
Si está usted planteándose acercarse a la masonería, es importante que busque información sobre las diferencias entre las distintas obediencias. Por ejemplo, desde una perspectiva de creencia religiosa, la Gran Logia de Francia admite a personas que crean, o consideren la existencia, de un ‘principio creador’. Eso la hace válida tanto para quien considere ese principio de forma abstracta, personal, como para quien sea cristiano, judío o musulmán. Algunas obediencias, imponen una creencia estricta en una religión concreta, o la no creencia en ninguna, y ese aspecto lo ha de considerar el candidato de forma coherente con sus creencias y enfoque.